“Un gesto lleva a otro, hasta que conforma una elaborada expresión abstracta de estruendos de colores y silencios en contraste con perlas, piedras preciosas y demás elementos de joyería. Así es como pinta y esculpe Alanis Santillana; con la pura intuición, en entrega total, y desnudándose por completo en sus arrebatados trazados para más adelante rasgar sus emociones, con fuerza y pasión, convirtiéndolas en esbeltas cintas rojas, negras, amarillas, blancas y rosas. De tal modo, estas largas tiras, cuidadosamente cortadas por la autora, se transforman en originales esculturas que exaltan la evolución, tanto psicológica como espiritual, que cualquier ser humano puede experimentar, no obstante la adversidad. Es decir, en un principio la creadora trabaja con los pinceles en sus demonios de la infancia para después resignificarlos en espléndidas piezas expresionistas que, como ella misma dice, rinden un homenaje a la capacidad humana de salir adelante a pesar del dolor y del sufrimiento.”
Adriana Cantoral 2024
“En ese sentido, Alanis Santillana exhibe en sus obras su trabajo de autosanación, a la vez que nos muestra un reconocimiento a las personas que superan sus impactantes cicatrices emocionales con una profunda mirada resiliente. De tal suerte, con sobrios trazos, cargados de efusividad y viveza, reinterpreta a las antiguas gestualidades de su niña interior, ahora libre y recuperada. Asimismo, desde su más hondo y remoto inconsciente, plasma lo que estaba confuso, accidentado, quebrado, desesperado por ser visto, desgarrado de dolor y caótico en su niñez. Por fortuna ya ha crecido, pues es una mujer que expresa, a través de su cuerpo, la urgencia que tenía por sacar a los fantasmas del pasado que estaban atrapados en su ser y que logró exorcizarlos en el lienzo por medio de catarsis brutales, espontáneas y bruscas que posteriormente, a un ritmo lento y pausado, los transfiguró en detallados y poéticos correlatos escultóricos.”
Adriana Cantoral 2024
“Sin duda, la artista complementa lo ininterrumpido, irrefrenable, explosivo, impetuoso y crudo con lo reflexivo y contemplativo. En otras palabras, añade a lo impulsivo y arrojado de sus pinturas lo curativo y pacífico de sus esculturas, componiendo un Arte que honra la resiliencia que habita en cada alma. Por ello, en sus creaciones expone su espíritu puro e indómito, en absoluto; gritando a distintas voces con los tonos, moviéndose sin parar con su ser corpóreo, escribiendo pasajes de su vida, pintando poemas, rayando con frenesí, abatiendo con agilidad sus brazos sobre la tela y fluyendo incesantemente hacia su salvación; haciéndonos testigos de su oscuro extravío, su perdición, su recuperación y su hermoso encuentro con lo pictórico, así como participándonos de la transmutación de sus tajantes pinceladas en bellos, dinámicos y cambiantes objetos escultóricos.”
Adriana Cantoral 2024
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