Ivette Olivares
Ivette Olivares
“En las funciones del circo victoriano, en primera fila, una distinguida dama decimonónica, de pincel de antaño barroco y recién surrealismo, observa con aguda atención a los actores que se le presentan delante y los abstrae fijamente en su imaginario pictórico de ficciones e ilusiones personales. Se trata de una serie, sin fin, de naipes llenos de simbolismos que, según cómo los barajee la artista mostrarán o no distintos significados.”
Adriana Cantoral 2024
“Ejemplo de ello son sus relatos visuales en donde los personajes elevan sus pensamientos, con elegantes sombreros alargados, para conectar entre sí de una manera más profunda o bien, diferenciarse de los demás. También destacan sus escenas amorosas de jóvenes cortesanos que engalanan los muros de desconocidos castillos en el aire. Aún más, sobresalen sus imágenes de hombres o mujeres, de otros tiempos, en solitario diciéndolo todo con sus posturas inmóviles.”
Adriana Cantoral 2024
“En esa suerte de barajas, que son sus mágicas obras, Ivette Olivares es una antigua retratista que pinta desde lo más meloso y pretencioso hasta lo más impensado y súbito. De tal forma, en sus cuadros aparecen referencias del Medievo clásico o del enigmático Lejano Oriente. Asimismo, simpáticas frutas y carismáticas aves hacen malabarismos por sus lienzos, ya sea como figuras centrales o secundarias, pero siempre en un equilibrio estético que sella con carácter a su pintura. Sin duda, en cada una de sus telas se aprecia un peculiar realismo fantástico. Por último, cabe mencionar, en sus piezas a sus ocurrentes arlequines, sus protagonistas de carnaval veneciano, sus arquetipos femeninos y masculinos, sus diversas alusiones a “Alicia en el país de las maravillas”, sus tapices palaciegos de fondo, sus pisos teatrales, su parafernalia de la realeza y, en especial, sus atmósferas de romanticismo idílico.”
Adriana Cantoral 2024
“Por su parte, los semblantes impersonales de niños, así como los rostros de adultos que parecen verlo todo y nada desfilan lentamente en sus creaciones, con finos y complejos atuendos de otras épocas, para intrigarnos por su inexpresión y cuestionarnos por su apacibilidad. Como si de discretas marionetas o silenciosos títeres, de otros siglos, se tratara. Por lo tanto, en esa simple teatralidad infantil, Ivette Olivares desarrolla sus historias renacentistas, sus narrativas neoclásicas y sus cuentos vanguardistas. Del mismo modo, las sutiles influencias de los exvotos, de la Escuela Mexicana de Pintura, del Neomexicanismo y de la iconografía popular mexicana permean su prodigioso ideario plástico repleto de situaciones idealizadas, romances de ensueño, personas de ficción, elementos de fantasía, flores, corazones, animales, mobiliario del pasado, detalles arquitectónicos y pequeños seres de la naturaleza.”
Adriana Cantoral 2024
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